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  • Si me hubiesen dado un millón de oportunidades para adivinar adónde me llevaría la vida, jamás habría acertado.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Jamas lo mereci

Ariela, siempre pensó que su nombre era extraño, creó que en el fondo no le gustaba, pero ya no podía hacer nada.
Ariela es una chica muy imponente, pero sólo lo sabe por momentos. Esbelta, delgada y voluptuosa, rostro armonioso, y muy graciosa, la describo para que tengan una idea de como es ella.
Teníamos 14 cuando nos conocimos, era verano y época de carnavales, hicimos amistad desde el hola, a que hora comienza la clase?. No estudiábamos juntas, sólo llevábamos un curso vacacional sobre arte.
Cuando tuvimos más confianza Ariela me contaba más cosas y fue así como me entere que había sido enamorada de un chico del curso de arte, y ella aún tenía sentimientos por él ( No es que ella me lo dijera, pero yo me fui dando cuenta ).
A el sólo lo conocía de hola y chau, era un chico simple, piel canela, delgado, ojos dormilones y claros, nariz aguileña y un poco callado, lo que me pareció súper curioso fue que el cuando veía a Ariela no se emocionaba de la misma manera que ella lo hacía, sólo saludaba de lejos y seguía su camino.
Aunque mi amiga no decía nada, a veces parecía que le daba igual, pero cuando el se portaba indiferente con ella, veía un cambio en su estado de ánimo, se veía la tristeza en sus ojos, pero ninguna decía nada, ni yo trataba de consolarla, ni ella buscaba consuelo, ella se veía muy fuerte, siempre reía, aún cuando su ex la choteaba, pero los ojos no mienten y los suspiros tampoco.
Aunque ella no lo dijera, yo sabía que él le había hecho mucho daño y aún lo seguía haciendo.
Luego de ese curso, nos alejamos del taller de arte, pero ocasionalmente volvíamos a saludar a los compañeros, o pasar el rato, hubo una ocasión que volvimos y el ex de mi amiga fue muy cordial y hablaba con ella, la abrazaba, parecía que la había extrañado.
Pero así como parecía, y volvíamos a veces, en ocasiones ni la saludaba. Y cada situación de este tipo la dañaba mucho, pero ella tenía que poner cara de me da igual, yo no decía nada y trataba de hacerla reír, en esos momentos Ariela me daba mucha pena, pero jamás se lo hize notar.
Al comenzar clases, Ariela ya sufría en voz alta, no exactamente por él, pero tenía una peculiar forma de hacer poemas hermosos y frases dolorosas, que cargaba en un folder, una vez me lo enseñó, Ariela es una artista, escribe muy bien y cada vez que leía su poemario, me dolía el corazón, así supe realmente que Ariela amaba a alguien que sólo jugaba con ella. Nunca vi a Ariela llorar por él, la vi destrozada y triste pero no derramó lágrimas hasta cuando finalmente abrió los ojos y dijo Adiós.
Ariela seguía sufriendo, él la buscaba cuando ella conocía a alguien que gustaba de ella, y cuando ya la tenía, la dejaba varada, pero ella fuerte siempre tenía una sonrisa.
Ella volvió al taller de arte, porque como dije es una artista, y no podía dejar de hacer lo que la hacia sentir bien. A veces iba a visitarla.
Muchas veces vi situaciones desastrosas por parte de su ex, yo ya tenía una clara visión de como era él.
El no la quería, el sólo la usaba, sabía que ella estaría ahí para él en cualquier momento, creía que era mucho para Ariela, la veía como una chica ni muy bonita, ni muy fea. A veces la insultaba, eran insultos ofensivos y fuera del lugar, parecía que no la apreciaba y le daba vergüenza que lo vean con ella.
Hubo una situación donde, estaban en grupo, y el sin más le grito a Ariela ¿porque estas tan gorda?, todos a su alrededor se quedaron callados y un familiar de él, le dijo que hablas, no esta gorda. Podía ver a Ariela ponerse roja, y colgarse, sólo miraba al vacío y estaba cabizbaja, poco a poco Ariela dejó de ser la Ariela que yo conocí, la Ariela brillante, feliz y majestuosa. Para convertirse en una Ariela sola, deprimida, y que poco a poco se ponía más escuálida y palida, ya no era feliz ni tenía ese brillo en los ojos, comenzó a usar cosas holgadas, que luego le quedaban anchas.
Ariela fue maltratada psicológicamente por este absurdo pseudoadolescente ya que sólo era un niño sin cerebro, Ariela al mirarse al espejo veía una chica fea y gorda, casi no tenía autoestima, y trataba de ser perfecta, para encajar en la sociedad.
Ariela se alejó de este chico, y comenzó a salir con otra persona, finalmente pudo sentir algo por esta otra persona, y volvió a querer, pero lo que no sabía Ariela es que mientras estés dañada e interactuas con otras personas en el plano emocional también los dañaras.
La nueva persona en el mundo de Ariela la quería tal cual, Ariela era perfecta para el, ambos se quería mucho, pero el estaba sano y ella no.
Ariela seguía viéndose fea y gorda, lloraba mucho, y tenía episodios depresivos, el soportaba todo eso, y la seguía queriendo. Ariela al no quererse ni tratarse bien, comenzó a tratarlo de la peor forma a él, lo engaño y en ocasiones lo minimizaba, el autoestima de él disminuyó y Ariela era un monstruo. Pero el la quería tanto que no podía dejarla y dejaba que le haga daño, Ariela aunque en el fondo era buena, tomó actitudes bastante malvadas y crueles.
De mal en peor Ariela decidió alejarse y el lo aceptó, hasta que se dio cuenta de la realidad y decidió por fin dejar a Ariela, que fue la mala en esta historia.
Ariela agarró de costumbre que volverían, pero no fue así, creó que aunque fue muy malo y horrible el final, ya que el aún la quería pero se dejó llevar por la gente, y ella estaba arrepentida por todo el daño que le hizo, fue lo mejor que le pudo pasar a mi querida amiga. Ella estaba enferma y debía darse cuenta. Luego de eso ella cambio bastante, a veces aún dejaba de comer, pero poco a poco fue saliendo de ese problema, y no volvió a hacerle daño a personas que la querían, al menos no siendo consciente de ello.
Paso un tiempo y regreso con el chico que tanto daño le hizo, el del taller de arte, aunque suena malo también fue algo que debió pasar, ya que finalmente ahí Ariela se dio cuenta de que él fue quien le hizo mucho daño y por ende ella hizo daño y que ella no merecía nada de eso, que para él, ella siempre iba a ser la chica incondicional y nada más, que jamás la quiso, ni mucho menos la amo.

Querida amiga, yo se que sigues recuperandote de todo lo malo que pasaste, no merecías eso. Todo lo que pasaste te hizo más fuerte y ahora puedes manejar situaciones que antes no hubieras podido, Te quiero Ariela. Encontraras la felicidad.

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