Una cara conocida, que nunca olvidaré.

Estaba incómoda, enojada, algo deprimida, tenia este sentimiento en el pecho, lo sentía saliendo de aquellos pequeños agujeros en mi piel, yo emanaba eso. Pero eso no era algo normal era casi imposible, que va a ser pienso, y no es la forma en que le habla, o como la trata, es que ella tiene pinta de regalada y la famita que tiene no la ayuda. Pero eso a mi que me importa. Este tonto pensamiento me volverá loca.
Lo peor es que no tengo a quien contarle, mi enamorado esta comenzando a sospechar que algo raro ocurre, y a veces ya me siento demasiado perra o indigna para estar con el. Pero que hago, yo no elijo quien me gusta o  quien no.
Ya no puedo con esto, con estos celos de mierda, ya no puedo con nada, la música, los bailarines, los rumores pasados, el verlo a el hablando con esa enana me enferma.
De repente veo una cara conocida, no amigable, pero al fin y al cabo conocida, lo único que pienso es que ojala no se de cuenta.
Siento algo en el estomago, y no pienso, todo ocurre tan rápido, diviso la cara conocida y me acerco a ella, casi siento que ella huirá y me dejara hablando sola, pero nada me detiene y estoy a punto de hacer el ridículo, entonces ella sorprendida me mira y no dice nada, empiezo a hablar como una oradora, sin su publico, las palabras brotan como si fuera una poetiza, recitando uno de sus mayores orgullos, no recuerdo que le dije, ni como fue todo llego a tal punto, ni como reaccionaria ella ante todo lo ocurrido.
Por suerte esa cara conocida, me entiende, me escucha, me aconseja, y yo en silencio lo agradezco mucho, me sentía muy sola y encontrar refugio en sus palabras fue reconfortante.
Poco a poco esa cara conocida, se va haciendo mas frecuente para mi, ya no somos dos desconocidas opuestas, ella ya no es la compañera que me cago una vez que quise ser amable y hablarle o hacerle un chiste, para ella ya no soy la chica superficial, y tonta que vive del mundo, de los comentarios o la gente.
Yo no la juzgo, ni ella a mi, solo nos entendemos.
Creo que al conocerla mi vida alcanzo el balance que faltaba, ya que eramos opuestas, yo necesitaba pisar tierra firme y ella necesitaba fantasear un poco.
Poco a poco nos fuimos pareciendo una mas a la otra, en pensamientos, gustos, opiniones, que se yo.
Ella sabe todo de mi, mas que ninguna otra persona, quizá mas que yo, es muy observadora y a veces me asusta que pueda estar pensando o que sepa que yo no sepa sobre mi, porque así es ella, siempre tiene una opinión certera, la admiro mucho, la admiro horrores y no solo por ser mi mejor amiga, la admiro porque se que a pesar de todo siempre sera la persona que me reconfortó cuando exploté, la admiro porque día a día la lucha y afronta los problemas con la frente en alto, la admiro porque estudia una carrera que ni puedo pronunciar de lo difícil que es el nombre.
Han pasado mas de 4 años desde que le comenzé a hablar y aunque ahora ya no tengamos 16 años, ni yo sea la fantasiosa chica que tenia un bizarro gusto por un profesor, ni ella este al frente mio solo pasando el rato, ni estemos sentadas en el mismo salón ella en la carpeta de adelante esperando escuchar algún nuevo chisme que me entere el fin de semana, o alguna nueva cosa que hice digna de decirla, siempre sera mi mejor amiga, aquella que sabe todo de mi y me dice las cosas así duelan, que se ríe conmigo y confía en mi como yo en ella, aquella que no me juzgara y me entenderá, y si es difícil entenderlo hará un esfuerzo y entonces me dará su opinión o un sano consejo, para luego tratarme como una persona normal, y no mirarme raro, porque muy a pesar de todo en el fondo siempre seremos aquellas chiquillas que necesitaban un balance en sus vidas, porque por más distancia o tiempo que pasemos lejos, y aunque cada una este en sus cosas ya, siempre que la vuelvo a ver, siento que la confianza sigue ahí, y me siento tan feliz y agradecida de que en ese momento de crisis esa cara conocida hubiese estado cerca.